sábado, 1 de diciembre de 2007

Comunicado de Corriente Roja sobre el referéndum para la reforma constitucional en Venezuela

El domingo 2 de diciembre el pueblo venezolano va a votar en referéndum una reforma constitucional propuesta por el presidente Hugo Chávez y debatida y modificada en la Asamblea Nacional, discutida en el parlamentarismo de calle y en decenas de miles de organizaciones sociales de todo tipo: trabajadores, mujeres, vecinos, cooperativas, asambleas municipales, pequeños empresarios, estudiantes, campesinos, indígenas.

Jamás en la historia de Venezuela, jamás en la historia constitucional de la mayoría de los países de América Latina y de Europa, nunca en nuestro país desde que el fascismo derribó a la II República, se habían discutido con mayor intensidad los motivos y los instrumentos de poder popular de una propuesta constitucional que pretende extender los mecanismos de la democracia directa y participativa, hacer posible una democracia económica, y consolidar la soberanía de Venezuela frente a las intervenciones exteriores. La revolución bolivariana, aparece también, claramente, como una lucha de integración y de emancipación de América Latina.
La revolución bolivariana pretende quebrar un sistema de poder oligárquico que había entregado a una reducidísima clase social, enriquecida hasta límites escandalosos, todo el poder político y económico para que dominase sobre un pueblo empobrecido y marginado.

La renta petrolera, gestionada y acumulada en su mayoría, por los Estados Unidos –última garantía de poder del sistema oligárquico-, corrompió absolutamente el sistema político y económico, los partidos, los sindicatos y las organizaciones sociales. Reforzó la estructura de dependencia y convirtió a Venezuela en una provincia del Imperio.

Los principales objetivos de la revolución bolivariana: emancipación social, organización y poder popular, creación y reconocimiento de instrumentos de democracia directa política y económica, soberanía nacional, emancipación continental, y emancipación de los pueblos del tercer mundo, han chocado frontalmente con los Estados Unidos y con la UE –segunda potencia imperial en América Latina. No en vano comenzaba en Venezuela la lucha continental contra el neoliberalismo. No en vano, Venezuela rescataba públicamente, se identificaba, y reforzaba la rebelión histórica, socialista, de Cuba.

La oligarquía venezolana ha abandonado su disfraz democrático, se ha fascistizado y ha asumido sin tapujos se papel político como instrumento y beneficiario del poder económico, la suprema dirección política y el intervencionismo organizado de los EEUU.

Los sucesivos golpes, mediático-militar el 11 de abril de 2002; boicot empresarial y sabotaje petrolero a finales de ese mismo año y a comienzos del siguiente; movilización de las clases medias fascistizadas y empleo de cuadrillas armadas como fuerzas de choque en la calle, y la progresiva organización y resistencia popular, han definido una creciente lucha de clases entre una oligarquía antidemocrática y vinculada al imperialismo económico de los EEUU y sus aliados, y un pueblo progresivamente capacitado para la organización y la defensa de su sistema político integrador y participativo.

El nuevo imperialismo español ha tenido también una participación activa en los intentos de destrucción militar y violenta, de la revolución bolivariana.

El papel de apoyo al golpismo, en el año 2002 y en los años sucesivos, está plenamente documentado para el ex presidente Aznar y el Partido Popular; pero también lo está para personajes como Felipe González y Trinidad Jiménez, líder indiscutible del PSOE en aquel momento, y responsable actual de las relaciones con América latina (Secretaria de Estado para Iberoamérica).

Ese papel de apoyo a la oligarquía venezolana en su continuo intento de derribar por la fuerza a Hugo Chávez, se hace más evidente cuando lo localizamos en los medios de comunicación vinculados a ambos partidos.
Son los medios de comunicación los instrumentos fundamentales para el desarrollo de un intervencionismo exterior muy potente, que en las relaciones gubernamentales tiene que enmascararse bajo el lenguaje diplomático y la retórica de la "no injerencia en las cuestiones internas".}

Periódicos como El País –vinculado estrechamente al PSOE y al gobierno-, verdadero instrumento de los grupos de presión que dirigen su política, ha adoptado una estrategia brutal de ingerencia y promoción del golpe de estado –duro, blando, instantáneo o escalonado, por derrumbe o por desplome; cualquier variante cumple el objetivo siempre que la terrible represión que le sucedería quede bien encubierta- en Venezuela.

Ante el referéndum del próximo domingo en Venezuela, Corriente Roja quiere denunciar la enorme presión que los principales partidos políticos, PP y PSOE -directamente o a través de sus medios de comunicación- están realizando para impedir la libre expresión de la voluntad del pueblo de Venezuela, apoyando, justificando y alentando la violencia fascista de los mismos agentes políticos que fueron los responsables del golpe del 11 de abril de 2002.

El conflicto que estalló en la Cumbre Iberoamericana de Chile es muy significativo siempre que las causas profundas del mismo no sea enterradas en la anécdota vergonzosa que protagonizó Juan Carlos I de Borbón.
Los hechos fundamentales son los siguientes:
-Zapatero propone una estrategia de desarrollo para América Latina basada en la recuperación del neoliberalismo, y en la reprivatización o no nacionalización de los recursos naturales y energéticos, servicios públicos y grandes empresas privatizadas durante las últimas décadas.

El presidente del gobierno español no tiene reparo alguno en asumir un papel en la Cumbre como representante exclusivo de las grandes trasnacionales españolas. Zapatero no concibe otra vinculación entre los pueblos, política, económica o cultural, que no sea la de las grandes corporaciones supranacionales.

No contento con esa doble ofensa, Zapatero, asume la representación del imperio, negando el intervencionismo y la injerencia exterior como factor político y económico en América Latina, y plantea –tal como lo está haciendo Aznar- la superioridad de los valores y de la cultura occidental.
-La réplica de los dirigentes populares de América Latina, presentes o ausentes de la Cumbre: Hugo Chávez, Evo Morales, Daniel Ortega, Carlos Lage, Rafael Correa, es inevitable. Todos ellos encabezan procesos sociales y económicos, con fortísimo apoyo popular, opuestos al neoliberalismo, de recuperación de los recursos y las riquezas nacionales, de control estricto de las inversiones extranjeras. Todos ellos han sido agredidos, amenazados, intervenidos o chantajeados por los EEUU.

-Cuando Chávez responde al tema de la "intervención exterior", refiriéndose al golpe de abril de 2002 en Venezuela, menciona a Aznar –que apoyó al golpe entonces y lo está promocionando activamente en los últimos años.
En ese momento la "intervención exterior" que había sido negada por Zapatero es convertida en un "asunto inmencionable". La intervención militar, directa o mediatizada no existe, y si existe no se menciona. Tal el papel que asume Zapatero como presidente del gobierno español.
-El estallido del rey Borbón, es un paso más en toda esa estrategia de hablar y tapar la boca, toda una confesión de la "política de Estado" realizada de manera brutal y con estilo colonial, por el mejor de los agentes posibles: "El Gran Irresponsable".

Corriente Roja denuncia las estrategias de intervención que comparten el PP y el PSOE; con lenguaje brutal y descarado el primero, y con lenguaje más cínico el segundo. Ambas constituyen políticas indignas que revelan el desfase democrático en nuestros gobiernos vinculados a la defensa de los intereses de la burguesía, mientras allí se dan pasos recogiendo el interés de las mayorías .

Ante el referéndum constitucional del próximo domingo, Corriente Roja exige un respeto escrupuloso a la voluntad del pueblo soberano de Venezuela, y advierte sobre el carácter criminal que tendría todo apoyo mediático y político a planes de desestabilización que divulguen resultados falsos y hagan llamadas a la revuelta arm ada de grupos paramilitares. Denunciamos de antemano, la previsible estrategia que se aplicará al día siguiente del referéndum, para, escudándose en presuntas irregularidades (censales, funcionamiento de las máquinas de votación, etc.), no reconocer el resultado definitivo y generar una base de opinión internacional que presente el proceso como degeneración dictatorial y en lo interno, que promueva revueltas siguiendo el guión de la embajada estadounidense y otras aliadas.

El papel del rey en la Cumbre Iberoamericana, encarnando toda la brutalidad de las formas imperiales, pretendiendo imponer la violencia del silencio, de la negación de la palabra, nos desvela una vez más, tras las recientes agresiones fascistas y la represión popular posterior, y en vísperas de la manifestación del próximo 6 de diciembre – contra la Constitución monárquica, por el Derecho de autodeterminación de los pueblos y por la III República - , la intima relación existente en el Estado español entre el fascismo, el imperialismo y la monarquía, al tiempo que nos exige avanzar decididamente en la necesaria unidad internacionalista de la clase obrera y de los pueblos.

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